Entre sueños y estrellas, encontré mi camino.
Recuerdo que en el bolso de mi madre nunca faltaron lápices de colores, una especie de invitación constante a que el arte estuviera al alcance de mi mano en cualquier instante.
Aun así la vida tiene formas curiosas de empujarte hacia donde menos te lo esperas.
Sin embargo, la aventura llegó de una manera inesperada.
Siempre he caminado de la mano del arte y la cultura, desde los primeros recuerdos hasta este momento. Pinté murales, hice retratos y paisajes. Trabajé con estudios de arquitectura y empresas de videojuegos.
Diseño 3D y hasta hice paginas web por 90 euros al mes, cosa que no volvería a hacer nunca.
La astrología, con sus símbolos enigmáticos, me hizo detenerme. Convirtiéndose en una invitación a explorar lo que no entendía.
Comencé a ver mi obra de manera diferente, como si esas mismas estrellas estuvieran hablando a través de cada color. Y tomaran vida de una manera única.
No sé explicar cómo sucede, pero esa misma incertidumbre es lo que me motiva a seguir explorando.
Fue como abrir un mapa y encontrar caminos que no sabía que existían.
En mi presente estoy en una constante búsqueda de identidad por medio de la trascendencia, el conocimiento y el arte.
Entendiendo ahora la vida como un viaje que nace del deseo de aprender. Una meditación sobre la belleza. Un paso hacia lo desconocido.